Se lee en la correspondencia de García Lorca con Fernández Almagro,
verano de 1923:
“Estos días me siento embarazado. He visto un libro admirable que está por hacer y que quisiera hacerlo yo. Son Las meditaciones y alegrías del agua. ¡Qué maravillas hondas y vivas se pueden decir del agua! El poema del agua que mi libro tiene se ha abierto dentro de mi alma. Veo un gran poema entre oriental y cristiano, europeo, del agua; un poema donde se cante en amplios versos o en prosa muy rubato la vida apasionada y los martirios del agua. Una gran Vida del Agua, con análisis detenidísimos del círculo concéntrico del reflejo, de la música borracha y sin mezcla del silencio que producen las corrientes."
http://revistas.ucm.es/med/18870813/articulos/ANHM0606120011A.PDF
verano de 1923:
“Estos días me siento embarazado. He visto un libro admirable que está por hacer y que quisiera hacerlo yo. Son Las meditaciones y alegrías del agua. ¡Qué maravillas hondas y vivas se pueden decir del agua! El poema del agua que mi libro tiene se ha abierto dentro de mi alma. Veo un gran poema entre oriental y cristiano, europeo, del agua; un poema donde se cante en amplios versos o en prosa muy rubato la vida apasionada y los martirios del agua. Una gran Vida del Agua, con análisis detenidísimos del círculo concéntrico del reflejo, de la música borracha y sin mezcla del silencio que producen las corrientes."
http://revistas.ucm.es/med/18870813/articulos/ANHM0606120011A.PDF