Luna roja de sangre, o de sangría,
asoma tras los montes de mi valle,
está muriendo el día.
Se encienden las farolas de la calle,
mortecino destello
con ínfulas de estrella, en corto explaye.
Un frío viento inicia su resuello
con silbo acompasado,
se encoge la cabeza, se alza el cuello,
se camina con paso apresurado,
cada cual a su hogar buscando abrigo
al cuerpo y corazón desabrigado,
cada cual es testigo
de gélida, inhumana indiferencia,
cada cual enemigo;
se advierte de empatía la carencia.
Y el corazón se duele
gritando de dolor y de impotencia,
que no encuentra calor que lo tutele.
(20-2-07)
Idella
http://vientos.bitacoras.com/archivos/2007/09/02/luna-roja
asoma tras los montes de mi valle,
está muriendo el día.
Se encienden las farolas de la calle,
mortecino destello
con ínfulas de estrella, en corto explaye.
Un frío viento inicia su resuello
con silbo acompasado,
se encoge la cabeza, se alza el cuello,
se camina con paso apresurado,
cada cual a su hogar buscando abrigo
al cuerpo y corazón desabrigado,
cada cual es testigo
de gélida, inhumana indiferencia,
cada cual enemigo;
se advierte de empatía la carencia.
Y el corazón se duele
gritando de dolor y de impotencia,
que no encuentra calor que lo tutele.
(20-2-07)
Idella
http://vientos.bitacoras.com/archivos/2007/09/02/luna-roja