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dolor que se muestra como en carnes vivas
cuando en su egoísmo doliente y discreto
parece que no hacen de la vida caso
y ante el tiempo se alzan sordamente esquivas,
como si quisieran impedirle el paso.
Resignadamente mudas ante el viento
y el agua, no incuban otro pensamiento
que el de ser rebeldes a su propia suerte
y sufrir altivas su destino ciego,
mas allá del agua, del viento y del fuego,
sin ansias, sin fuerzas, sin vida, sin muerte."
Las Piedras, de Alfonso Cortés
Ecología mental en el poema “Las Piedras”
Edward Salazar Cruz
http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2007/05/19/opinion/49096