Antesala de un naufragio
Puede que las sombras me hablen y yo no escuche,
si la lentitud de la serpiente adora el recorrido de mi cuerpo
y la fragancia vocal que alienta mi garganta
cuando tu nombre hace de ella su guarida en lo oscuro.
No sé si siento más las fauces del silencio
que el pulso reiterado de la sangre entre mi carne,
deshuesada por ser única morada de tus manos
en un sueño, por incrédulo, indecente y reducido...
Siento la pérdida en la distancia que da la arena
cuando sazona el mundo de desiertos;
sin rumbo exacto, en la escala de un mapa ebrio,
cuando el velamen cava su tumba
en el casco de esta nao novia del naufragio,
amante del escollo, imán del farallón que hay en tu costa.
Volteaste el eje de la tierra
cuando arrasaste la cubierta de mis ojos
con una lengua de espuma, en caricia libadora.
Laura Gómez Recas
http://lauragomezrecas.blogspot.com/
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