viernes, 19 de febrero de 2010

Pócima

Giremos en torno de la ancha caldera,
y cuaje los filtros la roja lumbrera,

Oculto alacrán que en las peñas sombrías
sudaste veneno por treinta y un días,
sé tú quien se cueza de todos primero
al fuego del bodrio que dora el caldero.

¡No cese, no cese el trabajo, aunque pese!
¡Que hierva el caldero y la mezcla espese!

William Shakespeare
La tragedia de Macbeth

http://brujacurandera.blogspot.com/2010/01/william-shakespeare-conjuro.html

Recomendado:

Pociones de amor: Las Magas en la antigüedad
Carlos Espejo

Publicado en Iberia 2 (1999), 33-46.
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1039409

jueves, 18 de febrero de 2010

La danza de las Ondinas

Es la hora en que los muertos se levantan
mientras que duerme el mundo de los vivos,
en que el alma abandona el frágil cuerpo
y sueña con lo santo y lo infinito

Vierte la luna plateados rayos
que reflejan las ondas en el río
y que iluminan, con sus tintes vagos
los medrosos despojos de un Castillo.
Todo es silencio allí, do en otro tiempo
hubo bullicio y locas alegrías...
¡Pero mirad! son vaporosas sombras
las que en la oscura selva se deslizan.
¡Ah! no temáis no son aterradores
fantasmas de otros tiempos —son ondinas;
mirad cómo se abrazan y confunden
cómo raudas por el aire giran,
apenas tocan con el pie ligero
del prado la mullida superficie.
Ya se avanzan... girando en la espesura
o se sumergen en las ondas límpidas;
y al compás de una música que suena
como el lejano acorde una lira
elévanse, empujadas por el leve
viento que sus cabellos acaricia...
Pero callad... alumbra el horizonte
con sus primeros tintes nuevo día,
y las sombras se pierden al borrarse
del bosque entre las húmedas neblinas.

Las Ondinas
Poemas de José Asunción Silva

http://www.poemas-del-alma.com/jose-asuncion-silva-las-ondinas.htm


Biografía y obra:
http://www.los-poetas.com/b/silva.htm

lunes, 15 de febrero de 2010

Nadar sabe mi llama...

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

http://www.poesia-inter.net/fq48078.htm

O quizá, como decía Don Gonzalo, nos lleve el viento al infinito; o al Suroeste de Andrómeda; quién sabe.

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